Hay mucha confusión en relación con lo que significa “amar”. Si a cualquiera de nosotros nos preguntan si nos amamos a nosotros mismos, muy probablemente vamos a decir que “si”. Sin embargo, cuando la persona no se siente plena y quiere crecer para crear una realidad mejor para sí misma, empieza a aclarar las dudas en relación con el significado de amar, se hace consciente de que ese amor que pensaba que tenía por sí misma, no era tal; ni lo era tampoco el que recibía de los demás.

Entonces, reconoce la necesidad de iniciar un cambio en su estado personal y en sus relaciones interpersonales, para tener autonomía, crecimiento personal continuo y realización, y para construir espacios expansión, libertad y plenitud.

El comportamiento de amar se ve en la persona misma, en su estado físico, emocional, mental y espiritual, hay una coherencia que muestra ese amor en todo su ser, su trato con las personas y sus acciones.

Ese comportamiento no se rige por los convencionalismos sociales, no es transable, no es leal a lo que daña y no se impone. Es un comportamiento que puede resultar confuso para aquellas personas que viven dentro de una estructura inmadura que califica los comportamientos como transacciones buenas y malas.

El amor es carácter, es madurez psicológica, es libertad con responsabilidad.

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